jueves, 15 de junio de 2017



UNA EXTRAÑA AVENTURA POR LA ALDEA


Érase una vez un dinosaurio muy feroz y grande que echaba lava por su boca. Tenía unos pinchos verdes desde su nariz hasta el final de su cola, que asustaban a todas las criaturas voladoras de los alrededores. Éste vivía en uno de los bosques más profundos de Asia donde no había casi habitantes, y estaba muy aburrido.

Cerca de él vivía un payaso loco y una calabaza muy charlatana, además de cotilla, ya que tenía vigilado a casi todo el continente. Sólo le faltaba un bosque cercano que tenía pensado visitar ese mismo día.

La calabaza y el payaso cogieron rumbo al bosque. Ellos pensaban que era un bosque solitario y que no se encontrarían con ninguna persona o animal salvaje. Su sorpresa al llegar fue ver un dinosaurio grandísimo; se asustaron un poco pero decidieron acercarse a él. El dinosaurio también se quedó bastante impresionado al ver seres en su territorio.

-¿Quiénes serán estos extraños? – Pensó

Aunque al principio todos estaban asombrados y asustados decidieron empezar a hablar. El dinosaurio les contó cómo era su día a día en el bosque y que tenía pensado irse porque por allí la vida era muy aburrida.

El dinosaurio propuso que hicieran un viaje juntos. Como al payaso y a la calabaza les pareció muy buena idea, emprendieron rumbo a una aldea de humanos. Era Halloween y así los tres conseguirían asustarles y pasar un rato muy divertido.

Por fin llegaron esos tres extraños seres (una calabaza, un dinosaurio y un payaso loco). Lo primero que vieron fueron unas pequeñas, mugrientas y antiguas casas que parecían estar abandonadas. El payaso iba gritando truco o trato por todas esas casas hasta que se dio cuenta de que habían eliminado a todos los humanos hacía unos años.


Siguieron buscando en las casas pero no encontraron nada. De repente, vieron una puerta con señal de peligro. Los dos se quedaron atónitos viendo eso, no sabían que hacer hasta que abrieron la puerta. Cuando de repente...

¡¡¡¡BOOM!!!!



¡Todo eso explotó pero los seres ni se inmutaron! ¡La explosión no les afecto! Seguían perfectos no se les había movido ni un pelo. La gran explosión había dejado todo ardiendo y pronto se quemaron la mayoría de esas casas. De repente, cayó una torre de agua que parecía estar llena y entonces el fuego se apagó.

El dinosaurio cogió a sus amigos con la boca y los dejó colgados en el aire hasta que el agua ya se había esparcido. Después continuaron su aventura adentrándose en el bosque pero no encontraron nada más. Aun así, los tres seres seguían vivos y conquistando el mundo.

¿Pero quién había organizado esa explosión?

Eran tres amigos que trataban de eliminarlos y que habían presenciado la explosión, pero se marcharon pronto sin saber que era el agua lo que les afectaba.

Los tres amigos volvieron a tratar de eliminarlos por segunda vez, pero esta vez el dinosaurio les había pillado y había preparado un plan en el que los tres seres iban a hacerse los muertos. Se trataba de que los chicos se lo creyeran y luego poder pillarles desprevenidos, cuando menos se lo esperaban.

El plan funcionó.

Los tres seres los buscaron unos días hasta que, una tarde soleada y calurosa pero húmeda, los pillaron jugando y saltaron al ataque hasta que la calabaza cayó sobre una mina que hizo que explotara todo alrededor de donde estaban jugando.

Puede que los seres fueran listos pero estos tres chicos lo eran más aun, sabían que volverían a por ellos y prepararon esas trampas

Aun así, ellos no descubrieron que las explosiones no eran lo que les hacía daño, si no el agua; hasta que vieron como el dinosaurio evitaba pisar un pequeño charco que había en el sendero.

Sería difícil eliminarlos ya que no había mucha agua por allí.

Pasaron los días y los tres seres siguieron recorriendo el mundo para eliminar a los humanos. Recorrieron todos los continentes.

Donde mejor se sintieron fue en África, donde no encontraron una sola gota de agua. Pasaron por Europa, era un auténtico desierto. El cambio climático había secado todos los bosques.

Siempre habían querido ver un partido de fútbol; cuando llegaron a Madrid los tres seres fueron al estadio con ganas de ver el partido y después matar a todos los espectadores.

Lo que no se esperaban es que al entrar confundieron a la calabaza con un balón, y terminó el partido muerta, hecha puré.  El dinosaurio y el payaso, después de ver esa salvajada, salieron corriendo hacia Francia.

Mientras los tres chicos seguían pensando qué poder hacer para eliminar a esos seres diabólicos.

Cuando llegaron a París, la ilusión del payaso era ver el Circo del Sol en directo. Así que, después de esperar un buen rato, entraron a ver la función del circo. En plena actuación el payaso se animó y subió al trapecio para imitar a los artistas. Tras varios saltos, patino y ¡¡PUMMM!! Se cayó al suelo y se rompió la cabeza. La función continuó hasta el final como si nada.

Los tres chicos habían conseguido hablar con un científico reconocido y estaba intentando crear un aparato que hiciera llover. Después de varias semanas de investigación tenían la maquina preparada, solo faltaba esperar al mejor momento.

El dinosaurio salió del circo corriendo asustado de lo que había visto y justo en ese momento una fuerte lluvia empezó a caer del cielo. El dinosaurio no encontró nada donde poder refugiarse y murió empapado.

Por fin el mundo, gracias los tres chicos, se había librado de la pesadilla que había durado los últimos años.


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