martes, 15 de marzo de 2016



       El niño loco

Hace tres años en un pueblo, a un niño llamado Óscar, al que llamaban “el niño loco”. Le llamaban así, porque se creía que se había dado un golpe en la cabeza de pequeño.
¿era eso verdad?

Óscar era moreno, alto; un poco gordito; era muy majo y siempre tenía las mejillas sonrrosadas.

Un lunes por la mañana Óscar se marchó al colegio. Ahí estaba una de sus mejores amigas esperándole; esa niña se llamaba Carla y siempre estaba a su lado, en los malos momentos y en los buenos también.

Óscar en clase tiraba la goma por la ventana, rompía los lápices, pintaba en las paredes...

Antes del recreo Óscar corrió hacia Carla gritando: “soy Tarzán, ho, ho, ho,... “. Carla le dijo que bajase el volumen porque le castigarían sin patio, a lo que Óscar le respondió:
-      -  Vale, pero nos tiramos por el suelo y luego explotamos nuestros zumos.

Carla le respondió :
-     - ¡Nooooooooooo! Y mejor bajamos ya al patio porque Ana y Therese nos van a llamar la atención.

Carla estaba preocupada por Óscar porque al final iba a pasar algo grave.

Una niña, llamada Andrea, se puso a insultar a Óscar; Carla le defendió:
-      - ¡Para, Andrea! No puedes meterte con la gente sin que te hayan hecho nada.
-      - Si puedo porque soy más popular que él, así que…- respondió Andrea.

Los dos se fueron al patio y dejaron a Andrea en paz.
En el patio Óscar estaba muy nervioso porque iba a pegarle un susto a su amigo Ignacio.

Cuando Ignacio bajó, Óscar saltó y le pegó un susto. Ignacio se cayó para atrás y se torció el tobillo; Óscar gritó y se marchó haciendo el orangután. Carla corrió a ver a Ignacio y a la vez a Óscar.

Óscar estaba llorando porque se le había olvidado cómo hacer de Dora, la exploradora. Carla le dijo:
-       - Pero ¿qué pasa con Ignacio? Se ha torcido el tobillo. Él es más importante que hacer de “Dora, la exploradora “.

Óscar le respondió:
-       - No (gritando) y déjame en paz, vale.

Carla se marchó corriendo con los ojos lagrimosos al patio. Óscar grito y corrió hacia Ignacio. Óscar le dijo a Ignacio:
-      - Tonto ¿por qué te rompes el pie ahora? Carla se ha enfadado conmigo.

Ignacio respondió:
-        - Pues es tu culpa por asustarme y a Carla ¿le has gritado? No me lo imagino. Ahora déjame en paz.

Óscar corrió a clase y se sentó en la última silla para que Carla no le viese. Carla se giró para buscar a su amiga Cristina pero cuando  vio a Óscar y cuando le vio se dio la vuelta rápidamente. Óscar gritó y Ana, la maestra, le castigó.

Cuando estaban comiendo Óscar le tiró migas de pan a Carla mientras se comía con las manos el arroz y Carla le cogió del pelo y los dos se pusieron a pelear como locos. En el segundo patio Carla y Óscar se sentaron durante 13 minutos castigados. Carla se disculpó por lo que había hecho pero Óscar se puso muy rojo, tan rojo como un tomate y le dijo una cosita en el oído.
-      - Carla ¿sabes por qué siempre me comporto así? pues es que…Me gustas y no puedo controlarme;  aparte de que ayer me pegué un tortazo y que, de pequeño, me tropecé con una roca y me estampé contra el suelo. Por  eso  me comporto así.

Carla se puso colorada y a la vez contenta y ella le respondió:
-      - Tú también me gustas, y eso explica el moratón que tienes en la cabeza. ¡Ja ja ja!

Aquí acaba nuestra historia sobre el niño loco; pero no estaba loco, estaba loco de amor. (Pero lo de su golpe también tendría su efecto).


lunes, 14 de marzo de 2016

Con este cuento, escrito por Sergio de Castro, iniciamos una nueva entrega de cuentos. Esta vez los alumnos que los escribieron son de 5º de Primaria.

Esperamos que les guste leerlos tanto como a nosotros escribirlos.