Tikimori
Érase una vez, en Pitchville (EEUU) una granja muy amplia y bien
cuidada llamada “La Llama Del Agua”. Esta granja era de un granjero llamado
Willy Morsen.
Willy era un señor de estatura media, un poco gordo, pero no por ello
desagradable. No, él era un señor extrovertido, y muy simpático. Además de todo
eso Willy era muy listo y creativo (a saber, porque trabajaba en una granja, si
era tan listo). En su granja, había todo tipo de animales, desde los pollitos
más pequeños, hasta los enormes caballos. Al vivir en una granja, Willy no
tenía mucho dinero, y prefería ahorrarlo, en vez de gastarlo como un manirroto.
A Willy, no le gustaba pedir ayuda con lo cual, él era el único que trabajaba
en la granja. Esto le hacía estar todo el tiempo muy ocupado.
Un día a Willy le dolía mucho la espalda. Al principio, él creía que
era por la edad, aunque solo tenía 35 años. Su mujer, Molly, no conseguía
convencerle para que fuese al médico, porque, según Willy, sin él no habría
nadie que cuidase la granja.
-¡Si te pones malo nadie podrá cuidar de la granja, y tú te enfadaras, para luego tocarme oír tus quejas!
Con lo cual, ¡ponte las botas, coge el coche y vete volando al médico!
Willy, muy silencioso, hizo todo lo que le dijo su mujer y se fue. El
médico le dijo que de tanto cargar peso y agacharse, tenía una fractura y no
podía trabajar hasta pasado un mes.
Al llegar a casa, su mujer le dijo que le podía ayudar con todo menos
con las vacas, porque no sabía ordeñarlas. Al oír eso, Willy, que no quería
contratar a nadie, le pidió al chatarrero que le diese toda la chatarra que
pudiese. Ese mismo día, Willy ya estaba en el desván construyendo un robot que
ordeñase por él. Lo llamaría, Tikimori.
Tikimori funcionaba bastante bien, Willy y Molly estaban muy contentos
y orgullosos de que ellos pudieran descansar y que la granja estuviera en
buenas manos. Mientras descansaban, se oyó un ruido muy escandaloso. Tikimori
se había roto, lo estaba destrozando todo. Además de destrozarlo todo,
perseguía a los animales como un psicópata. Willy y Molly no sabían que hacer,
y tenían miedo de ser perseguidos, con lo cual durante unos días Willy y Molly
permanecieron en casa, sin saber qué hacer. Tikimori hizo unos destrozos
increíbles. Algunos animales murieron por culpa del metal y la madera que
Tikimori tiraba.
Cuatro días después, un chaval que cazaba cerca de la zona, oyó a
Tikimori. Cuando se acercó y vio lo sucedido, volvió corriendo a casa para
avisar a la policía. Pasada media hora, había cuatro coches aparcados en la
granja.
La policía empezó a disparar a Tikimori.
Tras un intenso minuto, Tikimori empezó a soltar chispas y cayó al
suelo. Solo hubo un herido, gracias a una pieza del robot que le cayó en la
cara.
Tras eso, ayudaron a Willy y a Molly a reparar la granja y el jefe de
policía hizo a Willy darse cuenta de que un poco de ayuda no viene mal de vez
en cuando.
fin
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