QUICO:
Hace
mucho, mucho tiempo existía un ratón llamado Rojo. Un día Rojo se
enamoró de una ratoncita. Rojo se acercó a ella y empezaron a
hablar. Se dieron cuenta de que tenían muchas cosas en común y una
de ellas era muy particular y no era que a los dos les gustase mucho
el queso como a cualquier ratón, sino que a los dos les encantaba la
zanahoria. Por cierto, la ratoncita se llamaba Julia.
Después
de unos años estando juntos Rojo le pidió matrimonio a Julia y por
supuesto Julia aceptó y un años después tuvieron un ratoncito que
decidieron llamarlo Quico.
Más
tarde cuando Quico se hizo mayor empezó el colegio, donde obviamente
solo iban ratoncitos y ratoncitas. El primer día de clase la
profesora de Quico les pidió de tarea que trajesen en un papel
escrito su nombre y algo que les gustase un montón, para que luego
los leyesen en clase. Quico puso su nombre y que le gustaba mucho la
zanahoria, porque, como ya sabéis, a los padres de Quico les gustaba
mucho la zanahoria. Él lo había heredado.
Al
día siguiente leyeron todos sus papeles y a Quico le tocó el
último. Casi todos dijeron que les gustaba un montón el queso; al
final, cuando le tocó, Quico dijo que le gustaba mucho la
zanahoria. Todos se rieron de él por gustarle esa verdura y no el
queso, así que Quico se fue corriendo de clase a su casa. Mientras
se iba todos sus compañeros le grababan y cuando ya llegó a su casa
lo colgaron en internet.
Al
día siguiente Quico salió en las noticias porque, como sus
compañeros lo subieron a internet, todos lo vieron.
Cuando
llegó al colegio todos le miraban menos una ratoncita que iba a la
misma clase que él; se llamaba Lulu y ella se acercó a hablar con
él y le digo que no les hiciera caso a los que se rían de él. Como
Lulu había sido muy buena con Quico decidió invitarla a su casa esa
tarde.
Cuando
Lulu y Quico llegaron a casa, de repente pasó algo extremadamente
raro: Quico se acababa de levantar y no conocía a ninguna Lulu y él
tenía más de 100.000 años. Quico se ha dado cuenta de que se había
despertado de un sueño de 100.000 años, pero él se sentía
contento, aunque todo haya sido un sueño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario