’’Los globiglops’’
Érase
una vez hace 11 años, cuando las personas perdían el trabajo porque estaba el mundo alborotado, un hombre llamado
Biler que quería buscar nuevas aventuras. Había escuchado hablar de la selva
africana, conocida mundialmente, por ser
una de las selvas más peligrosas, por los animales que habitan y por su vegetación. Lo que no sabía es que en
ella vivían unos monstruitos pequeños llamados globiglops.
Eran verdes, azules, amarillos, orejas,
ojos negros, con una antena y, lo más importante, concedían deseos y
podían hablar con cualquier ser vivo.
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Biler sabía que
había descubierto algo muy valioso así que decidió llevarlo a Europa. Allí se
lo enseñó a unos científicos, que directamente le dijeron:
-
Te lo compramos.
-
¿Por cuánto? - Biler
contestó.
-
Te damos 500
millones de euros- contestaron los científicos que pertenecían a una gran
empresa con mucho dinero.
Biler aceptó la
propuesta. Ahora era rico, pero con tanto poder quería más, más y más…
Los científicos
querían más globiglops y Biler quería más dinero, así que se fue a la selva de África con un equipo.
-Ahora a por
el dinero .
Los
científicos le dicen a Biler:
-
Tenemos un líquido azul que hemos sacado del cuerpo y lo vamos a vender pero lo
malo es que Rip ha muerto.
Los
cientificos continuaron:
-Bueno
danos lo que te pedimos,
-Vale,
tomad los globiglops para que les extraigáis
el líquido azul. Una cosa, ¿me daréis el dinero? –dijo Biler.
-
No, es para nosotros - dijeron los científicos.
-
Entonces no os daré a los globiglops – dijo Biler .
-
¿Por qué? – dijeron los científicos.
-
Porque no quiero arrebatarles la vida a unos monstruitos –dijo Biler.
Después Biler liberó a todos los globiglops.
Pero
los globiglops ya se habían ido, les explicó
Un
guardia lo sucedido .
-
Los
globiglops hicieron a uno de los suyos un gorila. El gorila rompió la jaula y
todos se fueron. Después el gorila volvió a
ser normal y se fue –dijo el guarda.
Entonces Biler se fue el solo a donde antes
vivían los globiglops, se encontró con todos los globiglops y le rodearon. Después
vino el Alfa de los globiglops y le dijo:
-Muchas gracias por liberarnos, aunque nosotros nos fuimos
solos.
- Lo siento por intentar mataros por dinero –dijo Biler.
- No pasa nada, os perdono.
Y como los globiglops podían hacer realidad los deseos,
concedieron el deseo de que se acabase la pobreza. Todos fueron felices y
comieron perdices.
Fin
HÉCTOR MAURER SARABIA
5º
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