viernes, 29 de noviembre de 2019



La contaminación crea un monstruo.


África, año 3.010, el mundo está invadido por la contaminación. Solo África, no se sabe cómo, ha evolucionado al contrario que los demás continentes y ahora tiene bosques kilométricos, lagos dulces, mares con muchas especies marinas, etc. En resumen, como si hubiese ido hacia atrás los últimos 2.000 años.

Bueno, a lo que íbamos. Estaba a punto de presentar a la niña más interesante que os podáis maginar. Su nombre era Mahaira, tenía ojos verdes, cabello rubio y era amable;  por lo visto estaba pasando por una depresión porque su padre había fallecido. A Mahaira le costaba concentrarse en clase y a su madre ir al trabajo.

Un día, cuando Mahaira volvía del colegio, oyó un ruido que venía del río. Cuando se acercó vio un monstruo que salía del agua sucia. Tenía los ojos transparentes, como si fuese agua de alcantarilla. Estaba comiéndose la contaminación y haciendo un ruido espantoso y aterrador. Cuando Mahaira se disponía a irse a su casa a contárselo a su madre, partió una rama sin querer y el monstruo fue hacia ella. La niña corrió despavorida pero el monstruo la seguía.

Por fín, llegó a casa y se lo contó a su madre, que no la creyó. Pero ella estaba muy segura de lo que había visto, así que volvió al mismo sitio donde vio al monstruo.

Cuando llegó el monstruo no estaba, pero había rastro de que se había ido de allí rápidamente. De repente, el monstruo se le apareció por detrás y le dijo :

- Necesito ayuda. Unos cazadores me siguen y quieren que deje de tragarme la contaminación, pero si dejo de hacerlo me moriré. ¿Me podrías ayudar?-dijo el monstruo.
- Claro que puedo, pero primero tienes que contarme tu historia-dijo Mahaira temblando.
Vale- respondió el monstruo-. Cuando me desperté hace 2.000 años no sabía quién era, pero 1.000 años después lo descubrí. Mientras tanto me di cuenta de que necesitaba contaminación y poco a poco entendí  que los que me habían creado erais vosotros. Me habíais despertado cuando llevaba dormido 4.540 millones de años; por eso no recordaba nada. Y cuando me descubrieron intentaron destruirme.
- Pero, ¿por qué? –preguntó Mahaira.
- Porque ellos quieren volver a contaminar el mundo y arruinarlo todo. Y ahora que te he contado mi historia, ¿me vas a ayudar? –gimió el monstruo.
- Vale –fue la respuesta de Mahaira.
- Espera, ¿has oído eso? Creo que son los cazadores. ¡Corre¡ –gritaron al unísono.

Después de correr durante 10 minutos miraron atrás y vieron que les perseguían en coches todoterrenos. Como Mahaira no podía más, el monstruo la cogió y la subió en su mano derecha y se escondieron entre los árboles.

- Creo que los hemos despistado -dijo Mahaira. Pero de la nada salió un misil y le dio al monstruo. Mahaira se giró y vio al monstruo derritiéndose. El monstruo se giró y dijo:
-          Tranquila, Mahaira. Volveré dentro de poco cuando me necesites.




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