La leyenda
Sofía Leeuwenberg del Río
¿Por
qué el mar es salado?
Había una vez una niña
que quería ser aventurera pero sus padres no la dejaban. Una noche se escapó y
por la mañana no estaba en la cama. Sus padres se preocuparon y llamaron a la
policía para que la buscasen. La niña se llamaba Laura. Laura se puso a caminar
buscando su aventura. Por el camino encontró unas piedras extrañas y, aunque no
sabía qué eran, cogió varias y las metió en su mochila.
Tarde, por la noche, se
sentó en el tronco de un árbol, sacó las piedras extrañas de su mochila y las
miró con una lupa. Parecía que había algo dentro de las piedras y empezó a
romperlas. Aparecieron pequeños granitos blancos. Los cogió, los guardó y
siguió su camino hacia la playa. Allí sacó los granitos, los miró y los llamo Sal.
Los granitos volaron y cayeron al mar y Laura ya no pudo verlos más pero cuando
tuvo sed y bebió agua, se dio cuenta que el mar sabía diferente, estaba salado.
Más tarde llegaron los
policías con sus padres y llevaron a Laura a casa. Y ahí acabó su aventura, o
casi, porque todo el mundo se dio cuenta que a partir de ese día el agua del
mar es salada.
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