miércoles, 6 de noviembre de 2019


La leyenda        Sofía Leeuwenberg del Río

¿Por qué el mar es salado?

Había una vez una niña que quería ser aventurera pero sus padres no la dejaban. Una noche se escapó y por la mañana no estaba en la cama. Sus padres se preocuparon y llamaron a la policía para que la buscasen. La niña se llamaba Laura. Laura se puso a caminar buscando su aventura. Por el camino encontró unas piedras extrañas y, aunque no sabía qué eran, cogió varias y las metió en su mochila.

Tarde, por la noche, se sentó en el tronco de un árbol, sacó las piedras extrañas de su mochila y las miró con una lupa. Parecía que había algo dentro de las piedras y empezó a romperlas. Aparecieron pequeños granitos blancos. Los cogió, los guardó y siguió su camino hacia la playa. Allí sacó los granitos, los miró y los llamo Sal. Los granitos volaron y cayeron al mar y Laura ya no pudo verlos más pero cuando tuvo sed y bebió agua, se dio cuenta que el mar sabía diferente, estaba salado.

Más tarde llegaron los policías con sus padres y llevaron a Laura a casa. Y ahí acabó su aventura, o casi, porque todo el mundo se dio cuenta que a partir de ese día el agua del mar es salada.

 

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