Erase una vez…
Erase una vez un señor que era
escritor. Su hijo le pidió que le leyese lo que llevaba del cuento que estaba
escribiendo,
pero el padre le
respondió que no tenía nada escrito.
El hijo le pidió que fuese una historia sobre un
robot, así que se puso a pensar. Pero al día siguiente el hijo se lo complicó y
le pidió que, además de un robot, en el cuento estuviese la 2ª estrella de la
muerte porque le encantaba Star Wars y quería algo distinto.
El padre se puso a pensar y al final se le fueron
ocurriendo ideas. Al día siguiente, justo cuando iba a contar las ideas que
tenía a su hijo, el niño interrumpió pidiéndole incluyera un viaje en el tiempo
a la Edad Media. El padre dijo que sí pero que no iba a incluir nada más. Y
vuelta a pensar… Al final empezó a escribir:
Erase una vez…
Erase una vez un robot que era inventor. Un día su
hijo le pidió una 2 ª estrella de la muerte para jugar. Su padre no tenía ni
idea de lo que era y los amigos de su hijo le explicaron que era una nave
espacial que lo destruye todo; y con esa idea en la cabeza lo intentó.
Le costó, pero al final la tuvo. Cuando se lo dio a su
hijo se puso a jugar y vio dos botones, uno de delante y otro detrás de la nave.
El padre, sin
querer, había puesto un mecanismo para viajar en el tiempo y cuando el hijo
apretó el botón de detrás
¡Apareció en la
edad Media! La gente que había allí se asustó, a todos menos uno. Un niño que
tenía curiosidad le preguntó al robot de qué año venía y el robot le contestó
que venía del año 3.000. El robot le dijo que llegó hasta allí apretando el botón
que estaba detrás de su juguete y que para volver tendría que apretar el de
adelante. El niño ayudó a apretar el botón indicado pero antes se despidieron. Así el robot volvió a su casa sano y a salvo.
Fin .
Cuando el padre se lo contó el cuento a su hijo a este le encantó y fue un todo un éxito.
Fin
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