La ardilla y el
castor
Un día, la
ardilla caminaba por el bosque y al pasar cerca del río vio a su amigo el
castor tumbado a la sombra de un pino.
Esta pensó que le pasaba algo porque en esas
fechas tenía que construir su presa, pues en invierno no trabajaría por el frío
y estaría en su albergue.
La ardilla
fue en su ayuda y le preguntó preocupada:
- ¿Estás
bien, Castor?
- Sí, se
está de maravilla a la sombra de este pino.
- ¿Pero no
tienes que hacer la presa?
- Sí, pero
me da pereza; la haré otro día.
- Allá tú. Cuando
llegue Marzo lloverá muchísimo, según el “Sabio Elefante”.
Y los días
pasaban y seguía sin crear la presa. Llegó el invierno y el castor se fue a su
hogar.
En Marzo
empezó a llover y el río subía. El castor asustado intentó construir una presa
en una semana pero le salió muy mal por ir rápido.
Un día el
río se desbordó y nunca más se supo nada sobre el castor.
Moraleja:
Como
dice el refrán “No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy” pero si haces las
cosas hazlas bien, porque lo que bien hecho está buen uso tendrá.
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