El águila y el buitre
Al águila y al buitre querían aprender a volar, así que fueron a la
escuela de vuelo. El águila se tiró y voló perfectamente; sin embargo, el
buitre (que era muy torpe) se tiró y se estampó contra el suelo. El buitre se puso
muy triste pero, como quería aprender, le pidió consejo al águila.
-Águila, ¿podrías enseñarme a volar?-
le preguntó.
-Para poder volar necesitas ser bueno desde que naces, como yo; sin
embargo, tú no vales para volar.-Se chuleó el águila.
Como el buitre supo que el águila no iba a ayudarle, se fue cabizbajo.
Cuando llegó a su casa se lo dijo a su madre.
-Mamá, el águila me ha dicho que no valgo para volar- lloriqueó el
buitre.
-No te preocupes, todo se consigue con práctica.- Le consoló su madre.
Así que el buitre se puso a practicar en ese mismo instante. Se cayó y
se volvió a caer, pero nunca se rindió.
Mientras tanto el águila estaba todo el día tumbada en los árboles y
solo volaba cuando iba a clase.
Al principio el águila ganaba siempre al buitre, pero un día les
mandaron una cosa muy difícil que solo se podía conseguir practicando antes. El
águila hizo lo mismo que todos los días; sin embargo, el buitre practicó como
todos esos días había practicado. A la mañana siguiente, cuando llegaron a
clase y le tocó hacerlo al águila, como no había practicado, se cayó al suelo. Pero
estaba muy confiada de que si ella no había podido hacerlo el buitre tampoco
podría. Cuando le llegó el turno al buitre lo hizo perfecto y el águila se
quedó atónita. El profesor le dio la enhorabuena y le subieron de nivel. Por el
contrario, al águila la dejaron en el mismo. Al salir de clase el buitre se
acercó al águila y le dijo:
-Creo que me debes unas disculpas.
-Lo siento -dijo el águila- No debí subestimarte.
El buitre se fue contento a su casa y aprendió que el esfuerzo es lo más
importante.
MORALEJA: La gente que se esfuerza mucho en algo, siempre llega más
lejos que la gente que es buena en algo y se confía.
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