El coche de la grieta, tan sospechoso encima de ella.

Por las noches salen gnomos de allí, pero por las mañanas no están ahí; se van a dormir a primera hora del amanecer, aunque algunos no tienen sueño y, si prestas mucha atención, les puedes oír hasta  sus pequeños, pero rápidos, pasitos yendo hacía el coche para dormir. Porque allí es donde descansan y donde hacen las labores de la casa, pero en este caso en el coche.

Nunca los ves porque invisibles son,  pero entre ellos si se pueden ver porque dentro del coche se respira un aire diferente para que sus diminutos ojos puedan ver a los demás. Pero es que ellos, a través de los cristales, ven a la gente normal, que para ellos son gigantes. Pero cuando salen a la calle no ven a nadie, solo el paisaje.