EL ECLIPSE
Era un día muy soleado. Estábamos
jugando todos al fútbol;
nos lo pasamos muy bien.
Pero al poco tiempo nos
aburríamos y empezamos a contar historias de miedo sobre que se iban a ir la
luz y que iban a venir extraterrestres y nos iban a comer...
Toda la noche tuve pesadillas
pensando en lo que me dijo mi amigo y casi no pude dormir.
Al día siguiente volví a
jugar al fútbol con mis amigos y les pregunté si la historia del día anterior era
vedad. Ellos dijeron que si y también dijeron que iba a pasar ese mismo día, a
las 16:30, después del colegio.
Yo me fui a casa preocupado y
se lo comenté a mis padres y ellos no se lo creyeron; pensaron que les estaba engañando.
Como yo veía que no me hacían
caso, me fui a mi habitación cabreado y pensando: ¿Qué pasará cuando se cumpla
la historia de los marcianos?, ¿el mundo seguirá o desaparecerá?
Miré el reloj y veo ¡que solo
queda una hora para las 16:30!
Me preguntaba que podía
hacer.
Estuve pensando unos diez
minutos hasta que al final se me ocurrió algo.
Primero iba a intentar
convencer a mis padres, pero ese plan falló; no les convencí. Tuve que hacer mi
plan B que era irme a su habitación, coger alguna pistola de mentira, cerrar la
puertas con cerrojos y las ventanas con palés de madera que se había encontrado
en el contenedor que estaba enfrente de casa.
Cuando hice paso a paso el
plan B, estuve en mi habitación
pensando: ¿por qué mis padres no me hicieron caso?
Eran la 16:25 faltaban 5
minutos para que se fuese la luz y llegaran los extraterrestres a invadir el
mundo.
Volví a mirar al reloj y eran
ya las 16:30. De repente, se escucha un fuerte ruido que provenía del exterior
de su casa.
Me asomé por un agujerito
pequeño que había en el palé y vi que ya no había sol; es decir, ¡no había luz
a las 16:30!
Pensaba que el sol se había
fundido.
De repente, alguien llama a
la puerta de mi habitación y decidí no abrir y callarme la boca para que no me
escucharan. Cada vez tenía más hambre y más sueño; Al final me dormí.
Al día siguiente, al despertar,
bajé a desayunar y me encontré a mi familia desayunando. Mi padre me preguntó:
-¿qué te pasó ayer que te encerraste en tu habitación?.
Contesté:
-Estaba encerrado porque iba
a ser el fue el fin del mundo.
Mis padres se rieron, y me dijeron:
- No fue el fin del mundo;
solo hubo un eclipse de sol.
-¿Un eclipse? ¿Qué es eso? ¿ Entonces
no se fundió el sol?.
-No, sólo fue un fenómeno de
la naturaleza. La luna se puso enfrente del sol y por eso se fue la luz.
-¿Entonces no hubo una
invasión de extraterrestres?
-¡No! ¿Quién te ha dicho eso?
-Mis amigos, con quienes juego
al fútbol todos los días.
-¡Ah, vale! Otro día no hagas
caso de esas historias; casi todas son fábulas.
-Bueno, tendrás hambre; has
estado todo el día de ayer encerrado en tu habitación.
-Sí, por favor. Dame algo de
desayunar.
¡Mmmmm, qué rico!!!
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