Una vuelta por el pueblo mitológico
asturiano
INTRODUCCIÓN
Más allá de los campos mediterráneos, lo más al este que
puedes estar, te encuentras con Cabo de Peñas, sitio donde las serenes, con sus
manos tan suaves como el algodón, tallaron una minúscula puerta decorada con
conchas encontradas en el fondo del mar Cantábrico. Todos diréis que me lo
estoy inventando… ¡Pues no! (Si no buscadlo en google maps)
En esta puerta encontraréis caras que os sonaran, por
ejemplo, las de un Trasgu. Si la cruzas te darás cuenta que no has cruzado una
puerta cualquiera si no una puerta a la fantasía. Os preguntaréis porque he
puesto esta información… Os lo explicaré: Antiguamente la gente no tenía
razones para explicar las cosas donde se necesitaba la ciencia, de forma que utilizaban dioses o seres mitológicos; pero en
la época actual la gente tiene razones y aquí nosotros no les servimos para
nada, más bien se quieren deshacer de nosotros; por eso, esta puerta la
construimos para refugiaros de los seres humanos modernos (los más peligrosos).
¡Uy! Casi se me olvida, Me llamo Lanumi; soy uno de esos que se llaman Trasgus.
Somos pequeños y traviesos. Normalmente nos vestimos con una blusa y gorro rojo,
por eso, los de la zona nos llaman “los del gorru colorau”. Una curiosidad es
que tenemos la mano agujereada y somos muuuuy leales a la persona que
fastidiamos; tanto, que si nos tiran trigo al suelo, al no poder recogerlos nos
vamos de su casa tristes y destrozados. Preparaos para entrar en un mundo lleno
de fantasía y mitología gía gía gía…
1
A través de los montes, tan rosas como el algodón de azúcar,
se encuentra el bosque de los Trasgus. Ahí es donde se refugian; el mapa es más
o menos así:
Como veis, en este mapa está dibujado un bosque donde los
Trasgus se refugian. Desde allí sale un río del que se desencadenan una serie
de riachuelos que parecen pelos suaves, relajantes. A la derecha observamos
unas montañas tan rosas como el algodón de azúcar pero… si os fijáis bien, hay
un punto negro y marrón que indican
la cueva de… No os quiero desvelar el secreto ¡Esperad a que las páginas os
vayan apasionando con cada palabra que leen!
2
Os iré explicando, de arriba abajo y de izquierda a
derecha:
E n el bosque y en el lago habitan diferentes seres. Los
Trasgus y los Diañus Burlones duermen en el bosque con una especie de zapato de
madera, pero por la mañana se despiertan y se van a fastidiar a Les Bruxes que
viven en las casas; dicen que esas casas están tan abarrotadas de cacharros que
ni Dios consigue coger lo que quiere.
Causa
graves trastornos en la vida familiar en aquellas casas que habita, molestando
al ganado, tirando cosas al suelo, impidiendo que las personas duerman por las
noches, etc. Sin embargo, si se le trata bien, y siempre y cuando esté de buen
humor, el trasgu puede recoger y limpiar las casas,
aunque suele ser más dañino que benefactor. Es tal la molestia que causa que en
ocasiones las familias tienen que mudarse.
3
El lago es otra historia, ahí habitan las Xanes, criaturas
que están muy ligadas a
las fuentes y saltos de agua, Se las
describe como chicas jóvenes y de tremenda belleza, de rasgos más bien nórdicos, de cabellos y ojos
claros, se peinan a los orillas de las fuentes o saltos de agua con peines de oro.
Normalmente guardan
tesoros bajo las aguas de sus lagunas cristalizadas. Los tesoros están
protegidos por un individuo que es llamado El Cuélebre que se le describe como
una serpiente gigantesca. Como son inmortales,
con el pasar de los siglos las escamas se le vuelven tremendamente gruesas e impenetrables, y le
salen alas de murciélago, pareciéndose más a un dragón que a una culebra.
4
Como
os conté en el capítulo uno, infiltrado en las montañas existe una cueva de
otra criatura llamada Busgosu. Busgosu es un ser híbrido, mitad hombre mitad
cabrito. Tiene espesas cabelleras, sus patas son de cabrito al igual que los
cuernos que posee en su cabeza, mientras que el torso y los brazos, al igual
que su rostro, son humanos. A este individuo le apasionan los humanos y los
animales del bosque como pajaritos o cervatillos. Antiguamente mi amigo Busgosu
raptaba a las mujeres para verlas y entenderlas. Cada persona tiene su entender
pero yo, Lanumi, como le conozco (es más somos buenos amigos) sé que es la
persona-cabritilla más simpática del mapa. También cuida mucho la naturaleza,
por eso, muy a menudo Busgosu viene a hacerme visitas para que interactúe con
los animales y plantas. Nadie sabe más que el sobre este tipo de cosas, salvó muchas
vidas pero se pude decir que ahora está jubilado. Antes se dedicaba a construir
las cabañas de los bañas pero, ahora, los que se pasan por su bosque van en
unos carruajes con cuatro ruedas negras y si te pones detrás huele muy mal
(creo que su alimentación no es muy adecuada porque tienen muchos gases).
5
Ante todo hay una
cosa que es esencial, el mar. Aquí conviven unos cuantos individuos y cada uno tiene una función. Empezaremos con
los Espumeros, que disfrutan trayendo lluvias y relámpagos a mares y tierras. Los espumeros son
duendes del mar, extremadamente pequeños y visten un traje de algas;
llevan caracolas marinas que les dan les serenes (hablaremos de ellas más a
delante), y ellos les corresponden con sus collares de flores, por lo que en ocasiones salen a tierra a
recogerlas. Hay dos tipos de espumeros, unos que fastidian trayendo lluvias y
tormentas abundantes y otros que vienen a avisar a las familias de los
marineros de lo que sus compañeros esperan hacer.
6
En este apartado os
hablaré de uno de los seres más crueles, les serenes. Estas chicas-pez son seres híbridos,
mitad mujeres mitad pez. Viven en los mares cantando hermosas canciones. Suelen
tener un carácter negativo y perverso. Con sus cantos hipnotizan a los humanos
haciéndoles naufragar o morir ahogados. Sus hijos son muy peludos porque su piel
es todavía sensible a la sal y el vello le protege lo suficiente para que no se
haga “manchas de sal”. También tienen hermanas gemelas en otras leyendas o
mitos como, por ejemplo, Hércules.
Aunque sean tan malas tienen sentimientos y no atacan a todo el
mundo, solo al que pierde el respeto y la amabilidad hacia las personas; por
eso, los espumeros tienen esas caracolas, para comunicarse con las serenes que
hablan sobre quién atacar a quién.
7
En este lugar está la peor parte del mapa, donde viven las Bruxes.
A nosotros, los Trasgus, nos gusta hacerles travesuras y que se pongan a rabiar.
Hay que tener cuidado con ellas porque con sus miradas pueden hacer enfermar a
los que las han agraviado o a quienes les caen mal. Son ancianas feas,
arrugadas y de malas intenciones que conocen todos los secretos de la magia y
de la brujería. También se conocen todas las pociones y ungüentos habidos y por haber, que crean en ollas o grandes
cacerolas. Suelen vestir siempre de negro, acompañadas por gatos igualmente
negros y con escobas que la cultura popular ha dotado del poder de volar.
En Asturias se encuentra el
peculiar Puig de Ses Bruixes (pico de las brujas). Hace muchos años, los
habitantes de Llucmajor y Algaida sufrían los ataques de las continuas bromas
de las brujas que habitaban en él. Las muy pillas, en cuanto veían que algún
vecino pasaba cerca con su carro, volaban a cientos hasta el pobre incauto
haciéndose invisible y montándose encima del vehículo impidiendo que se
movieran los carros del peso, atascaban dichos carros sin que el pobre vecino
pudiera saber el motivo de porque no se movía y quedaban retenidas las ruedas
para su desespero y risotadas de las brujas.
Esta era la típica trastada que
hacían a la vecindad, aunque hacían muchas otras. Hasta que llegó a oídos del
Rey Jaume, que se cansó de tanto cachondeo brujeril y se dispuso a echarlas del
pico. Se hizo acompañar por dos sacerdotes y un monaguillo y subió con su carro
hasta la cima. Las brujas se espantaron de verles llegar y, según dicen, cuando
el rey plantó una cruz en la cima se fueron para siempre de allí.
8
Y por último, completando mi guía “turística” de nuestro
mundo, os presento al ente al que menos se
ve y menos se escucha, los
Mouros. Nada tienen que ver con los musulmanes,
sino que son unos seres mágicos que
vivían en Asturias desde el principio de los tiempos. Por una razón desconocida
se vieron obligados a vivir debajo de la tierra, ejerciendo el oficio de la minería.
No se suelen mezclar con los humanos, a no ser en encuentros casuales de la
tierra. Debido a su forma de vida, tienen grandes tesoros que son protegidos
por cuélebres o por
hechizos. Rara vez salen al exterior a no ser para recoger comida, y solo salen
al anochecer o por la noche o en días muy señalados como la noche de San Juan.
Hablando
de San Juan, me voy que tengo que prepararme para mañana que los Vetolinos (Un Ventolín es un duende extremadamente
pequeño, aunque en ocasiones se les puede ver. Flotan en el aire y en los rayos
de la luna. Tienen facciones muy agradables y son hermosos) van a
cantar a las Xanes para que bailen alrededor de la hoguera de San Juan y este
año me dejan tocar la pandereta ¡¡¡¡¡¡POR FIN!!!!
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