GARRAS
Hace muchos años, en Francia, en un
pueblo tranquilo en el que nunca pasaba nada, había una plaza, una pequeña
plaza.
Por aquella zona vivía un niño
llamado Noah, que vivía con su familia su hermano mayor Rodrick, su hermano
pequeño llamado Sebastián, su madre y su padre. La madre se llamaba Gaze y el
padre Joan. A aquella familia la llamaban los Charon .Noah era un niño alto,
delgado pelo castaño, ojos marrones y siempre llevaba una camiseta azul con un
mono encima, zapatillas rojas casi siempre las llevaba sucias porque muchas
veces salía a jugar al barro, él tenía el pelo rapado. Noah tenía 11 años su hermano pequeño tenía 7 años y Rodrick 15
años. Rodrick y Noah se llevaban muy bien (solo a veces) porque muchas veces se
hacían rabiar entre ellos.
Noah ya estaba cansado porque
siempre le pasaba lo mismo, se levanta
se lavaba la cara, se lavaba los dientes y desayunaba. Se vestía, cogía la
mochila, le daba un beso a su padre, a su madre, a Sebastián y, a veces, a
Rodrick. Se iba andando al colegio, tardaba como unos 15 minutos, llegaba al colegio, volvía para
comer, luego hacia los deberes y, si le daba tiempo, cuando los terminaba se
ponía a jugar con un cochecito nuevo que le regalo su padre el día de su cumpleaños.
Luego, cuando su madre le llamaba para cenar, rápidamente recogía su mesa e iba;
al terminar recogía su plato, se iba al baño, se lavaba los dientes y leía un
poco en su cama. Cuando su padre le decía que era hora de irse a la cama daba un
beso a su madre y a su padre antes de dormir. Y eso todos los días.
Pero un día todo cambio, porque una mañana de
domingo en un caluroso día de verano, cuando estaba desayunando, oyó una cancioncita que
decía
-¡¡¡VENIR TODOS AL CIRCO BENGALA!!!
Rápidamente Noah fue a mirar por la
ventana y vio a un señor con un micrófono gritándolo.
Noah le dijo a sus padres muy
entusiasmado.
-Mamá, papá ¿me dais dinero para ir
al circo?
Y sus padres un poco enfadados
dijeron.
- Noah, ya sabes que esas cosas son
muy caras y nosotros no nos permitimos el lujo de ir.
Noah disgustado y al mismo tiempo
enfadado subió a su habitación.
Él se imaginaba un súper circo grandísimo.
Noah estuvo toda la noche pensando
en el circo.
Al día siguiente cuando se levantó
volvió a oír la cancioncita pero esta vez decía otra cosa.
-¡¡¡¡HOY EL CIRCO BENGALA ESTA A
MITAD DE PRECIO!!!! Y ESO NO ES TODO, TAMBIEN TENEMOS UN NUEVO ANIMAL EN EL
CIRCO ¡¡¡UN TIGRE!!! LLAMADO “GARRAS” VENID RAPIDO ANTES DE QUE SE ACABEN LAS
ENTRADAS.
Noah, Rodrick y Sebastian fueron
corriendo hacia sus padres suplicándoles que les llevaran. Los padres, ya hartos,
dijeron que sí pero que antes tendrían que sacar buenas notas en los próximos
controles.
Todos los hermanos se pasaron día y
noche estudiando para poder ir al circo.
El mismo día del examen les
devolvieron los exámenes corregidos, los tres parecían muy contentos por sus
notas
Noah saco un 9´5, Rodrick un 8 y Sebastián
un 7´4.
Los padres estaban contentísimos
por el esfuerzo que le habían dado, así que la madre no tuvo más remedio que
irse a comprar las entradas para el día siguiente. Aquel día se le hizo el más largo de su vida .Cuando llegó el día Noah era
el niño más feliz del mundo.
Fue corriendo hacia la cocina donde
se encontraban sus padres y sus hermanos, al parecer, igual de contentos que
él. La madre le dijo que se
tranquilizara; Noah se vistió rapidísimo pues tenía muchísimas ganas. Cuando
estaban a punto de salir se dieron cuenta de que habían ido tan rápido que Noah
no había desayunado, así que tuvieron que tranquilizarse y dejar que Noah
desayunara .Por fin salieron; como no sabían cómo ir tuvieron que coger un cartel de publicidad del circo
(porque había muchísimos)
De repente oyeron una voz un poco
chillona que decía de lejos.
-¡¡¡Anda, la familia Charon!!! Hola.
Rápidamente Rodrick reaccionó y
dijo.
-Mirad, si es Luis nuestro vecino.
Luis fue hacia ellos como una bala.
-Hola, familia ¿A dónde vais?
Noah pegó un grito diciendo:
-¡AL CIRCO A VER A GARRAS!
Luis se asustó un poco al oírle gritarlo tan fuerte. Dijo.
-¡Qué bien! yo ya he ido. Ha sido
súper divertido; Garras era precioso.
Noah ya no podía más y dijo a grito
pelado.
-¡¡VAMONOS YA QUE VAN A CERRAR EL
CIRCO!!
Luis se quedó un poco sorprendido, así
que se despidió y salió corriendo porque tenía que coger el tren.
Noah estaba muy entusiasmado por ir. Al llegar Noah se
quedó pasmado, era igualito a lo que él se había imaginado. Había un cartel en
el que ponía “GARRAS”. También había
mucha cola pero de todos modos Noah estaba ilusionadísimo. Se fue con Rodrick a
ver una jaula en la que había una cobra grandísima. No se dieron ni cuenta de
que ya les tocaba y tuvieron que ir asique con el resto de su familia. Cuando
iban a entrar un señor les pidió las entradas, la madre se las sacó del bolso y
se las dio; él puso un sello y les dejó pasar.
Al entrar Noah se quedó pasmado, no era ni la mitad de
bonito de lo que él se había imaginado. Todavía no había mucha gente, pero como
algunas coreógrafas seguían practicando no se aburrieron.
-Mira, mamá- Grito Noah. -Hay una
chica haciendo cosas con ese aro.
Pero antes de que la nadie pudiera
contestar sonó un vozarrón que decía.
-¡¡BUENOS DIAS A TODOS!! ¿QUE TAL?
Y todo el público gritó:
-¡BIEN!
El vozarrón volvió a sonar diciendo:
-MUY BIEN. AHORA VAMOS A EMPEZAR EL
ESPECTACULO. PRIMERO LES ENSEÑAREMOS COMO SE PUEDE ESTE ELEFANTE ¡¡¡LEVANTAR A
DOS PATAS!!!
Todo el mundo se quedó boquiabierto,
Noah incluido. Después de eso hubo muchos más espectáculos pero finalmente
dijeron lo que Noah quería oír; era esto:
-Y AHORA CON TODOS USTEDES
¡¡¡GARRAS!!! EL MAGNIFICO TIGRE…
Todos aplaudieron, pero después
hubo un silencio largo. Las luces se apagaron menos una que señalaba al centro
del circo donde se vio una pequeñita luz
que cada vez se hacía más grande y más luminosa.
De repente todas las luces volvieron y en medio del escenario
había un tigre, un precioso tigre de corto pelo, y grandes ojos azules como el
agua cristalina, larga cola y la mirada seca en un aro de fuego que había.
Dando un susto a todos sonó una campana que hizo que el tigre se moviera y saltara bruscamente el aro que había. El tigre después
de haber saltado seguía con la mirada seca. Noah pensó
-Ese tigre no parece contento ¿por qué
será?
Después de eso Noah ya sí que se
empezó a preocupar, aquel tigre, aquel precioso tigre, se encontraba mal. Se
cayó al suelo pero nadie parecía darse cuenta. Noah empezó a alterarse porque
Garras se encontraba mal y nadie parecía darse cuenta, más bien no les
importaba. Noah pensó.
-¿Qué está pasando? ¿Por qué nadie
reacciona?
Vino el jefe del circo y empezó a
gritarle a Garras, a Noah se le acabó la paciencia y pegó un grito en medio del
circo que decía.
-¿¿PERO QUE PASA AQUÍ?? ¿PORQUE
NADIE REACCIONA? ¿NO VEIS QUE ESTAS GRITANDO A GARRAS?¡¡¡ HACER ALGO!!!
Ahora la mirada del tigre miraba a otro lado, miraba fijamente a los ojos de Noah, Noah ya se había dado cuenta de que le estaba mirando. Aquellos preciosos ojos azules que le miraban pero no con desprecio sino con mucho respeto; esos fueron los mejores segundos de la vida de Noah. El jefe no pareció haberse dado cuenta de nada pues estaba más preocupado gritando a Garras .Como pareció que nadie se dio cuenta de nada el espectáculo terminó. Noah estuvo todo el resto de día sin hablar, sólo pensaba en lo que había pasado. Al día siguiente Noah fue al colegio; la verdad es que no se enteró de nada, pues estuvo pensando en lo cruel que fue la gente por no haber ayudo a Garras.
Unas semanas después Noah oyó que el circo se
iba la semana siguiente, pero por la noche. Noah estaba contento, pero no
porque se iban sino porque iba a salvar a Garras. Su plan era ir a la jaula de
Garras para salvarle pero primero tendría que prepararse porque solo tenía una
semana. Esto fue lo que hizo, rápidamente fue a la habitación de Rodrick y le
cogió una mochilita que tenía de cuando él era pequeño, luego cogió un clip y
lo abrió, también un gran trozo de carne fresca, le quitó un pasamontañas a su
padre, ropa negra, una linterna y una navaja (sólo por si hacía falta)… Al día
siguiente, cuando venía andando del colegio, oyó otra vez a oír a Florent decir
desde un camión
¡¡Solo quedan seis días para que el circo
Garras se vaya; aprovechad y venid que sigue a mitad de precio!!
Noah tuvo una gran idea al oír eso
porque se le ocurrió que antes de hacer nada podría ir a espiar mientras el
circo estaba en función, así que dejó los planes que tenía para el día
siguiente; pero antes tenía que decirle una excusa a sus padres porque era
demasiado pequeño para irse solo. Les dijo que iría con un amigo suyo a hacer
los deberes juntos; los padres se lo creyeron, porque era una excusa muy buena.
Antes de salir Noah se metió en la
mochila un libro para disimular, un cuaderno para hacer algún dibujo de algo
sospechoso, una libreta para apuntar, una grabadora para grabar porque a lo mejor
no le daba tiempo a escribir y dinero para pagar la entrada. Así pues se lo
metió en la mochila, se despidió de sus padres y se dirigió al circo, cuando
fue a entrar el mismo señor del otro día le puso el mismo señor; se dio cuenta
de que Noah ya había ido al circo y se quedó mirándole; Noah no pareció haberse
dado cuenta, entró con normalidad para no levantar sospechas. Antes de que
empezara el espectáculo se metió debajo del escenario sin que nadie lo viese,
entró al camerino y vio a mucha gente practicando, incluidos animales, pero
Noah no tenía tiempo para ponerse a ver nada. Buscó rápidamente a Garras pues
era a quien había ido a buscar. Cuando lo encontró vio que Garras estaba muy
cansado y le hizo una foto; rápidamente vino Florent con cara de enfadado y
amenazó a Garras diciendo:
-Como hagas algo mal te dejaré sin
comer durante una semana
Menos mal de que Noah grabó todo eso. También lo
escribió por si acaso se le borraba de la grabadora.
Garras tenía una carita cansada;
Noah consiguió hacer una foto a eso. Esta fue la foto que sacó. A Noah se le
saltaban las lágrimas e hizo un poco de ruido. Rápidamente Florent miró hacia
donde estaba Noah pero como él había sido igual de rápido nadie le vio; pero
Garras es como si le hubiera sentido y como sabía que le iba a ayudar, hizo
como si nada. Noah siguió con su plan e hizo dibujos, grabaciones y apuntes.
Antes de que se hubiera dado cuenta ya era muy tarde, era casi la hora de irse
a comer.
Cuando fue a salir, intentando que
nadie le pillara. Salió cuando Florent estaba presentando a Garras; pasó prácticamente
al lado de Garras. Garras levantó la cabeza rápidamente para mirarle; volvieron
a tener la última mirada de la otra vez. Le pasó preocupadamente la mano por la cabeza a Garras mientras
corría hacia la salida. Al salir no se veía nada, abrió su mochila y cogió la
linterna; al encenderla no se creía lo que estaba viendo ¡¡ERA DE NOCHE!! Tardó
unos segundos en reaccionar pero rápidamente salió corriendo. Mientras corría
no miraba a ningún otro sitio que al suelo, sólo pensaba en Garras y en la
bronca que le iban a echar al llegar a casa. Sus padres estaban en la puerta
esperándole con cara de enfado. Lo primero que le dijo su padre fue:
-¿Dónde has estado? Hemos llamado a
los padres de tu supuesto amigo y nos han dicho que no estabas con ellos ¿es
eso verdad Noah?
Noah no contestó por miedo de que
le castigaran, así que dijo lo primero que se le vino a la cabeza.
-Mamá, papá, me he ido a jugar con
Luis. Lo siento mucho; no lo volveré a hacer.
Los padres parecían habérselo creído
y ni siquiera le castigaron.
Noah tenía mucho que hacer porque,
claro está, tenía que ir a salvar a Garras porque después de lo que había visto
no quería que le volviera a pasar nada.
Al subir a la habitación lo primero
que hizo fue coger la mochila que preparó el día anterior; también metió la
linterna que se le olvido. Se la probó para ver si era cómoda.
También hizo un plan de cómo entrar
y la salida por la que había salido hace un momento le iba a servir de mucho
para escapar si pasaba algo. Rápidamente se fue a cenar y cuando ya estaba en
la cama tuvo un sueño, el peor sueño que
te puedas imaginar; pasó lo siguiente
Noah entró en el circo y vio que
estaban pegando a Garras. Garras estaba todo manchado de sangre porque el jefe
le estaba pegando. Noah se levantó de un golpe con una lágrima en la cara. Noah
no podía más; estuvo toda la noche pensando en Garras.
La mañana siguiente Noah estaba un
poco desanimado pero al mismo tiempo no, porque sabía que esa noche iba a
salvar a Garras. Esa noche era la mudanza; cuando Garras estuviera en la jaula
le sacaría.
Otro día más Noah no aprendió nada
porque sólo pensaba en Garras. Fue
corriendo a casa, como ya sabéis se tarda 15 minutos, pero no ese día Noah sólo
tardo 5 minutos porque fue como una bala. Era Diciembre y anochecía antes y eso
daba mucha ventaja. Nada más llegar les dijo a sus padres que le dolía la tripa
y que no le molestaran.
Cerró la puerta de su habitación,
se puso ropa negra y su pasamontañas, cogió una cuerda y fue deslizándose poco
a poco. Mirando que nadie le viera, fue corriendo al circo. Vio de lejos cómo metían bruscamente a Garras en una jaula. Garras
sabía que Noah estaba allí y que le iba a salvar. Cuando Florent se fue,
rápidamente Noah corrió hacia Garras con el clip preparado. Al llegar metió el clip en el candado, lo giró
y, por muy imposible que suene, el candado se abrió. La puerta se abrió lentamente pero Garras no
se tiró encima de Noah para matarle; simplemente se acercó para olerle. Noah se
dio cuenta de que tenía el trozo de carne, lo sacó de la mochila pero no
pareció funcionar porque ya Garras le seguía pero se lo dio para reponer
fuerzas. Un rato después oyeron pasos y algunas voces. Noah no reaccionó pero
al parecer Garras sí porque con ayuda de la cabeza le echó para arriba y le
puso en su espalda. Salieron corriendo pero
por desgracia Florent les vio y les persiguió. Noah sentía el aire en la
cara y era como si todos sus problemas se fueran. Llegaron a un callejón; ahí
se quedaron quietos para recuperar el aire pero no por mucho tiempo porque un
policía les encontró y dijo:
-¡DIOS MIO, UN TIGRE!
Mientras se sacaba una pistola del
bolsillo Garras hizo un sonido algo así:
-ARGGGGGGGGGGGGGGGGGGGG
El policía se calmó un poco, pero
sin bajar la guardia. Noah dijo preocupado:
-Por favor, no le haga daño. Es mi
tigre Garras
El policía se quedó un poco
descolocado porque no entendía nada de lo que estaban diciendo. Agarró su moto
y dijo:
- No os mováis, voy a por el dueño del circo ¿Cómo se
llamaba? ¿Flore, Flora? Bueno da igual lo que importa es que no os mováis de aquí;
voy a buscarle. Garras y Noah se quedaron solos. Al rato vino el policía
diciendo que no sabía dónde estaba el jefe Noah le contó lo que en realidad había pasado
y que tenía todas las conversaciones grabadas, etc. El policía parecía muy preocupado
porque era un caso grave pero lo primero que tenían que hacer era meter a
Garras en una jaula porque no le podían pasear por la calle como si nada. Paso
como una media hora y el teléfono del policía sonó. El policía lo cogió, estuvo
un rato hablando y luego, cuando terminó, les conto esto:
-Me acaba de llamar mi sargento. Me
ha dicho que han encontrado a Florent muerto en la carretera por ir con mucha
velocidad por la carretera.
Noah se quedó alucinado. Tardó unos
segundos en reaccionar. La verdad, Noah no estaba triste pero tampoco contento;
no le importaba.
Ahora tocaba llevar a Noah a su
casa porque llevaba como un día fuera de casa. El policía le acompañó hasta su
casa. Al llegar la madre dijo:
-No sé lo que ha hecho mi hijo y
espero no saberlo porque seguro que ha pegado a alguien o ha robado algo, pero
sea lo que sea mejor no saberlo. Noah sube a tu cuarto y esta noche te quedas
sin cenar.
Noah se quedó alucinado porque no
sabía que había hecho mal (aparte de escaparse dos veces).
Pero el policía no quería que eso
se quedara así y dijo:
-No señora, al revés su hijo es un
héroe; sin él ahora mismo estarían maltratando al famoso tigre Garras.
-¿Qué?- Dijo la madre alucinada.-¿Qué
está pasando aquí? ¿Mi hijo es un héroe? Noah, ¿me quieres decir que está
pasando aquí?
-Sí, mamá. Pero ahora mismo no
puedo; llevó una noche sin dormir. Necesito irme a la cama; mañana te lo cuento
¿vale?
-Sí, mejor. Me temo que yo también me tengo que ir
a la cama porque no me encuentro bien. Muchas gracias policía por haber traído
a mi hijo hasta casa, buenas noches.
Al día siguiente Noah le contó todo
a su familia, toda su aventura: como salvo a Garras y también cuando se montó
encima suya y se le ponía el aire en la cara. La familia se sintió bastante
orgullosa de tener un hijo como Noah.
Pasó un rato y llamaron al teléfono. Noah lo cogió;
era el policía diciendo que todo estaba arreglado. Habían detenido al personal
del circo y que Garras estaba a salvo en la selva, en su habitad. Cuando colgó
Noah sí que se sintió un héroe de verdad
y aquel día en el colegio todo el mundo le llamaba “el salvador”.
A la semana siguiente llamaron al
timbre, abrió Noah. No se podía creer lo que estaba viendo; estaba ahí plantado
Garras, quieto, sin nadie alrededor. Noah se acercó, le dio un beso en la
frente diciendo:
-Tú eres mi tigre; tú eres mi
Garras.
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