La alameda
Cuenta la leyenda que en un bosque boreal de Canadá andaba un explorador en busca de un manantial para encontrar la cura a una enfermedad.El explorador sorprendido se detuvo ante un claro, vio un hombre mayor regando ese claro y el explorador curioso se acercó al viejo.
- Señor, usted sabe que está dando agua a la tierra, ¿no?- preguntó el explorador.
- No – respondió el viejo- yo planté aquí semillas de álamo.
- ¿Hace cuánto que las plantó?- preguntó intrigado el explorador.
- 20 años – dijo sonriente el viejo.
El explorador sintió pena por el viejo y pensó que había perdido la cabeza. Se despidió del viejo y prosiguió su camino hasta el manantial.
Después de 2 años el explorador volvió a su casa en Toronto; se sorprendió al pasar por el claro del viejo y ver una alameda.
- Al final ha crecido –dijo todavía con asombro el explorador.
- Si yo planté una planta llamada Populus tremuloides- contestó el viejo rebosante de felicidad.- Tardan 20 años en eclosionar las semillas y después crecen igual que un árbol tropical.
El explorador nunca encontró el manantial pero aprendió una valiosa lección:
"La paciencia es la madre de todas las ciencias; hasta la de los álamos".
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