EL CASTOR Y EL GATO.
Un día de primavera en un bosque había un gato muy
distraído. Se pasaba el día durmiendo, tumbado y tirado en unas hojas muy cómodas.
Un día se le acercó un castor muy trabajador y le
dijo:
-
¿Que estás
haciendo?.
El gato le contestó:
-
Yo,
disfrutando del bonito día, ¿Quieres echarte aquí un rato conmigo?
El castor muy precavido le advirtió:
- Deberías
hacerte una buena casa y no dormir en ese montón de hojas y también recoger
comida.
El gato le dijo:
-
- No, hombre
hoy hace un día estupendo, no voy a desperdiciarlo por esa tontería.
El gato se fue a la casa del castor a preguntar si
podía quedarse pero el castor le dijo:
-
No, no y no.
No te voy a dejar pasar, ni darte comida. Tenías toda la primavera pero no me
hiciste ni caso ahora asume las consecuencias.
El gato se fue muy triste y tuvo ue irse y andar kilómetros hasta encontrar un pueblo donde poder rebuscar en las basuras.